Las dicotomias del barrio

A pocas cuadras del centro de la Plata y con una rutina especial encontramos al Barrio Hipódromo de la Plata.
Tiene la vida de barrio que uno busca cuando ya llego a los 40 años. Tranquilidad, poder hacer vereda con los vecinos ver jugar a nuestros hijos.

Sin embargo, todo un mundo convive con esta realidad. Los caballos y el stud, las apuestas en el Hipódromo y el Bingo. Las rutinas de los hóspitales como el Gutierrez y el Rossi.

Los negocios como panaderías y kioscos acompañan estas actividades abriendo sus puertas muy temprano, a las seis de la mañana. Los caballos con sus bareadores se apoderan del barrio durante unas horas.

A las ocho de la mañana todo ese escenario cambia. Los que trabajamos en otras actividades comenzamos el día, los estudiantes se dirigen a las varias escuelas de la zona.

Por la noche el bingo adquiere mayor poder, los múltiples autos se acercan y cuben las calles de diagonal ochenta.

Es un barrio de lo más interesante conviven casi sin tocarse actividades, oficios, instituciones y muchísimas anécdotas.

Solo unos seres parecen recorrer en primavera, verano y otoño estos diferentes mundos y son las molestas MOSCAS.

Yo hace unos años que vivo aquí, y cuando ellas están uno desea mudarse a otro barrio. Pero parece que para el que nació en este lugar ellas son parte invisibles de sus vidas. No parecen molestar; yo sé que es cultural, es cuestión de costumbre.

Lo que si me parece atroz, es que los dos hospitales del barrio nunca hallan actuado o iniciado gestiones para controlarlas. STUD, CABALLOS, ENFERMOS, Y GENTE COMUN conjuntamente con MOSCAS que van y vienen. (cada una pone más de 500 huevos y son posibles transmisoras de más de 80 enfermedades), es realmente una BOMBA DE TIEMPO. Luego nos hablan de la gripe A.




No hay publicaciones.
No hay publicaciones.